29 octubre 2012

Reproducción

EL EMBARAZO: El bebé se va formando.
Al cabo de pocos días de la fertilización, el óvulo fecundado llega al útero, donde pasarán nueve meses mientras se va formando y creciendo, hasta que se convierta en un bebé.
Es decir, si empieza a crecer en marzo estará listo para salir en noviembre.
Al bebé que todavía no nace se le denomina embrión durante los tres primeros meses de su desarrollo, y después, feto hasta que nace.
Primero se le desarrollan el corazón y el cerebro, después la cabeza, el cuerpo, los brazos y las piernas, y empiezan a formarse los pies y los deditos.
¿Qué come el bebé?
Durante su desarrollo, el bebé obtiene alimento y oxígeno de una membrana que se llama placenta.
Esta membrana, formada en parte de tejido materno y en parte de tejido del bebé, contiene vasos sanguíneos de cada uno de estos tejidos.
El bebé está unido a la placenta mediante un tubo flexible que se llama cordón umbilical, que es por donde recibe el alimento y el oxígeno. El ombligo es el lugar donde estaba unido tu cordón umbilical.
Mientras se encuentra en el útero de la madre, el bebé flota en una bolsa de líquido que lo protege contra los golpes y lo mantiene calentito. Este líquido se llama líquido amniótico.
El bebé crece y crece dentro del útero de la madre.
A los cuatro meses, el bebé empieza a sobresalir de la barriga de la madre. Esto ocurre porque el útero es elástico, y se va estirando para que el bebé tenga suficiente espacio por moverse, aunque la mayor parte del tiempo el bebé esté durmiendo.

EL PARTO: El bebé está listo para salir
Cuando el bebé lleva nueve meses en el útero de la madre, ha crecido tanto que ya está listo para nacer. Antes de ello, se ha girado y está cabeza abajo. Cuando nazca, lo primero que saldrá será la cabeza.
El útero de la madre presiona y empuja al bebé a través de la vagina. Esta presión vuelve a empezar y se va haciendo más fuerte por momentos. La madre sabe que es el momento en que el bebé ya está a punto de nacer.
El útero continúa presionando y empujando al bebé, mientras la vagina se dilata para ayudar a la salida del bebé.
Es un momento de gran esfuerzo para la madre, puesto que tiene que mover sus músculos por conseguir que el bebé salga.
El bebé sale de un lugar tranquilo y calentito, como era el útero, y entra en uno mucho más ruidoso, más frío y con mucha más luz. Todo le resulta extraño. Por esto lo primero que hace es llorar, llora fuerte para llenarse los pulmones de aire y empieza a respirar, puesto que en el útero de la madre recibía el oxígeno por el cordón umbilical.
Una vez ha salido el bebé, el médico corta el cordón umbilical que lo unía a la madre, puesto que a partir de ahora ya no le hará ninguna falta. Esta acción no causa dolor ni al bebé ni a la madre. Al bebé le queda unido un trocito de cordón que caerá al cabo de pocos días, y le quedará una señal en el vientre, como un botón. Esto es el ombligo.
El recién nacido
El bebé ha nacido. Todo lo que hace es nuevo para él, y lo primero que hace su madre es abrazarlo, para fortalecer el vínculo que los une y para que se vayan conociendo el uno al otro.
Al cabo de un rato pesan y miden al bebé. Un bebé pesa unos 3 kilos y mide unos 50 centímetros cuando nace, y unos 76 centímetros al cabo de un año.
Más tarde, una vez limpio, vestido y protegido con un pañal para que no se ensucie cuando haga pipí y caca, dejan al bebé en una cuna para que duerma y descanse.
Estamos en una época en que el bebé duerme casi todo el rato. Sólo se despierta cuando tiene hambre.
El bebé se alimenta de la leche que sale del pecho de la madre, aunque a veces la madre alimenta al bebé con un biberón.
Y así la familia ya tiene un miembro más.

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